La postura del Reino de Castilla ante el hostigamiento llevado a cabo por el rey francés, Felipe IV, el Hermoso; no obtuvo la respuesta que éste esperaba en nuestras tierras. El rey Fernando IV fue benigno y realizó un juicio justo para los freires de la orden.
El 16 de octubre de 1307 el rey francés Felipe IV, tras
encarcelar a los templarios, enviara una carta a todos los reyes de Europa
informando de lo sucedido y animando a seguir su ejemplo.
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La condena de los templarios en Francia, bajo la presencia del rey Felipe, el Hermoso. Iluminación Royal 14 E V, f. 492v (siglo XV) |
En la corte de Castilla no tomara ningún tipo de medida
hasta que el 22 de noviembre de ese mismo año, el Papa Clemente V por su bula
Pastoralis preeminentiae ordenaba a todos los monarcas, incluido Fernando IV de
Castilla, la prisión de los templarios de su reino y la expropiación de todos
sus bienes.
El monarca castellano no ejecuto de inmediato la bula
pontificia, se conoce por la Crónica de Fernando IV , como pasados varios meses
tras la emisión de la bula de Clemente V los templarios seguían con sus
quehaceres e iniciativas en la Corona de Castilla.
En abril de 1308, cuando el rey se encontraba en León, el
maestre provincial del Temple de Castilla, don Rodrigo Yáñez, se presenta en
Valladolid ante la reina madre, doña María de Molina, para solicitar su
patrocinio en favor de la Orden.
En esta fecha la Orden del Temple poseía en Castilla varias
encomiendas y castillos, entre los que se contaban: Faro, Ponferrada, San Pedro
de Latarce, Alba de Aliste, Alcañices, Montalbán, Villalba de los Alcores,
Villalba de Bolobras, Alconétar, Jerez de los Caballeros, Benavente de
Sequeros, Caravaca, Cehegín, Bullas, Capilla, Almorchón, Garlitos Alconchel,
Burguillos, Valencia del Ventoso y Frenegal de la Sierra, entre otras muchas hoy desaparecidas.
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Encomienda templaria de Ceinos de Campos, Valladolid |
Tras el acuerdo logrado entre el maestre del Temple y la
reina madre (Maria de Molina) con la aprobación de Fernando IV se va a producir un viraje en la
actitud del maestre don Rodrigo Yáñez. Éste llegara a un acuerdo con el infante
don Felipe; lo cual suponía el incumplimiento del anterior firmado con la reina
madre doña María de Molina. Por medio de este acuerdo, los templarios
entregaban a don Felipe cuatro castillos: Faro, Ponferrada, San Pedro de
Latarce y Alcañices; el infante por su parte se comprometía a apoyar a los
templarios de defenderse ante un tribunal formado por el rey y los arzobispos y
obispos del reino a cuya sentencia se sometían.
Este encuentro entre los templarios y el infante don Felipe,
que lo enfrentaba con su hermano el Rey, quizás ocurriría entre los meses de
mayo y junio de 1308. En agosto doña María de Molina se ofreció como mediadora
entre sus hijos por dicho enfrentamiento.
El rey escucharía a los templarios, ante prelados de Castilla, y a cambio de
esa garantía el propio infante don Felipe mando al maestro don Rodrigo que se
presentara ante el Rey.
Todo esto ocurría en 1308, fechas en las que los templarios
castellanos aún seguían en libertad y en posesión de sus encomiendas y
castillos. Al mismo tiempo Clemente V expedía el 12 de agosto de 1308 hasta
siete bulas dirigidas a los prelados castellanos designando las comisiones
pontificias que debían llevar a cabo la expropiación de los bienes del Temple y
la investigación contra sus miembros.
Las investigaciones no tendrían sentencia, directamente se
enviaban al arzobispo que reunido en concilio provincial emitiría sentencia de
cada miembro de la orden templaria. En cuanto a los bienes del Temple en
Castilla, en teoría deberían haber quedado en manos del monarca, pero el Papa
se los otorgara a los prelados (arzobispos de Toledo y Compostela, obispos de
Palencia y Lisboa) a los que faculta para sumir la administración, régimen y
gobierno de todos y cada uno de los prioratos, hospitales, casas, granjas,
lugares, posesiones...ect.
Aun asi hasta las citaciones en Medina del Campo del 3 al 15
de abril de 1310 no será efectivo el aprisionamiento de los miembros del Temple
en Castilla. Tras una comisión pontificia que recibirá el prelado de Toledo,
con tales exigencias.
En pocos días tras el proceso en Medina del Campo, el 27 de
abril de 1310, volverán a recuperar su libertad bajo su palabra de caballeros
de presentarse a los comisionados pontificios cada vez que los requirieran.
.Podríamos decir que los templarios castellanos no sufrieron prisión y mucho
menos tortura. La única noticia de prisión efectiva de algunos templarios fue
en la diócesis de Toledo, seis miembros de la orden fueron apresados por orden
del arzobispo Gonzalo Díaz Palomeque, que los mantuvo prisioneros en Brihuega.
Se declaro a la Orden del Temple inocente de las acusaciones, con la sentencia
del Concilio de Salamanca el 21 de octubre de 1310 se ratifica lo de anteriores
concilios, la inocencia de la Orden Templaria frente a las acusaciones urdidas
por el rey de Francia, a las que el rey Fernando IV y los prelados castellanos
no dieron crédito.
Sobre el proceso de Medina del Campo contra el Temple han
llegado dos fragmentos, uno recoge las declaraciones de testigos pero sin
pruebas concretas, y otro, que se conserva en el Archivo Vaticano, contiene
testimonios de varios declarantes pero son declaraciones exculpatorias sobre la
Orden.
Bibliografía:
"El proceso de Disolución de los Templarios: su
repercusión en Castilla." por Gonzalo Martínez Díez, Universidad de
Valladolid. Actas del IX Seminario sobre Historia del Monacato, Fundación
Sta.Mª la Real, 1995.
"Las órdenes militares hispánicas en la Edad Media. Siglos XII-XV" por Carlos de Ayala Martínez, editorial Marcial Pons, 2003.
Muy interesante y aclaratorio sin duda gracias por tus artículos
ResponderEliminargracias a ti por leerlo
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